Extorsionadores atacaron otra vivienda con dinamita en Trujillo, en el tercer atentado de este tipo que registra la ciudad en un solo mes, sumiendo a la población en un estado de terror constante. Los explosivos, cuya particularidad es que provienen de la minería ilegal, convierten las calles en zonas de alto riesgo, pues los delincuentos operan con una impunidad que recuerda a épocas de terrorismo.