Una mujer mexicana de 31 años fue rescatada en Chiclayo tras vivir más de una década bajo control absoluto de su pareja peruana y su familia. Johana Garza Delgado llegó al Perú en 2015 después de conocer por redes sociales a Jorge Luis Seminario Ramos, pero desde su llegada fue aislada, vigilada y sometida a maltratos. El operativo de rescate se activó tras una alerta del Consulado de México, que recibió señales de auxilio de la víctima.
Johana Garza viajó desde Reynosa, Tamaulipas, para reunirse con Seminario Ramos, pero su vida cambió al instante. La familia de su pareja la mantuvo encerrada, sin permitirle regularizar su situación migratoria ni conseguir trabajo. Dependía completamente de ellos para sobrevivir.
Sus contactos con familiares en México eran escasos y secretos. «Mi hermana no podía hablar libremente. A veces solo escribía una palabra, una señal», contó una de sus hermanas. Estos mensajes discretos fueron cruciales para que el consulado mexicano actuara.
Según la denuncia, Garza sufrió violencia psicológica y económica. Su suegra y cuñada la trataban como sirvienta, obligándola a atender a su pareja bajo amenazas. Ambas mujeres fueron detenidas durante el operativo policial.
El caso se coordinó con el Centro de Emergencia Mujer de la comisaría de Campodónico, que brindó apoyo inmediato a la víctima y a sus dos hijas menores. Sin embargo, el principal acusado, Seminario Ramos, sigue prófugo. La PNP amplió la búsqueda y no descarta más arrestos.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) se hizo cargo de Garza, quien ahora está en un albergue seguro con atención médica y psicológica. El caso se judicializará por trata de personas, violencia familiar y restricción de libertades.
Las autoridades peruanas y mexicanas mantienen contacto para garantizar su seguridad. Mientras tanto, el consulado de México en Perú sigue de cerca el proceso, asegurando que Garza y sus hijas reciban justicia después de años de silencio forzado.