Lo que tanto se temía finalmente ocurrió. Luego que la concesión por la ruta Hiram Bingham (la única que existe para trasladar locales y turistas desde Machu Picchu Pueblo hasta la ciudadela de Machu Picchu) acabara, el servicio de buses se dejó de ofertar, dejando a miles de pasajeros varados y sin saber qué hacer para llegar hasta el santuario histórico.
La mañana de este domingo, turistas nacionales y extranjeros hicieron sus colas desde las 05:30 horas para abordar los buses que los llevarían hasta las puertas de la maravilla mundial peruana, pero se dieron con la sorpresa de que el servicio ya no se prestaría, dejándolos sin más opción que recorrer a pie los ocho kilómetros que separan Machu Picchu Pueblo de la ciudadela de Machu Picchu.
Sin embargo, el ascenso hasta la antigua ciudad inca no es fácil, es una pendiente que reviste un grado de dificultad y no es recomendado para niños pequeños ni personas adultas mayores. Muchas de estas se quedaron en la estación de buses sin saber qué hacer y bastantes optaron por no visitar Machu Picchu y regresar a Cusco.
El problema aumenta debido a que los tickets de ingreso a Machu Picchu tienen horas fijas y no intercambiables, vale decir, si uno no está a la hora de ingreso ya no puede hacerlo tiempo después, por ello, las personas que no pudieron arribar a tiempo a Machu Picchu por sus propios medios, perdieron su ingreso.
De momento la Policía organiza montar un ‘corredor turístico’ para garantizar el traslado de los visitantes hacia la maravilla mundial, se desconoce si lo harán a bordo de los buses de Consettur u otras unidades.
Debido a esta mala administración de la única vía que lleva locales y turistas hasta las puertas de Machu Picchu, la imagen que proyecta este destino turístico al mundo, vuelve a caer, mostrando un destino sin control, sin previsión, y sobre todo con falta de respeto y empatía para con el visitante.